viernes, 23 de noviembre de 2012

Aviones con ruedas

Como ya sabemos, los de Top Gear son unos personajes bastante locos. Pero hoy nos hemos dado cuenta de que hay gente mucho peor. ¿A quién se le ocurre poner un motor de avión en un coche? Bien, pues no sólo a uno...

Brutus y Bentley
Sin duda, el aspecto del Bentley nada tiene que
desear al del Brutus /Topgear.com
La dos obras maestras que nos presenta el programa inglés se llaman Brutus y Bentley, es decir, una batalla a la vieja usanza entre la dos potencias mundiales: Reino Unido y Alemania. La primera sensación que provocan ambos coches es miedo, sobre todo el Brutus, que no es más que cuatro plafones de chapa movidos por un increible motor de 46 litros. Mientras, el Bentley es un poco más refinado.


Comencemos por el modelo alemán. El Brutus cuenta con un motor v12 de casi cinco litros, ya que es de avión, propiedad de BMW. De esta manera, es capaz de entregar la friolera de 750 CV, a pesar de sus dos toneladas y media de peso. Este modelo se basa en el bombardero alemán Henkel, lo que se refleja en su diseño. A simple vista parece una viga de hierro negra con un enorme motor en la parte delantera que escupe grasa y fuego. 


Al ser tan rústico, la tarea de arrancarlo no es nada fácil, ni conducirlo tampoco. Tiene un volante más grande que dos cabezas de Jeremy, y, además, el motor ofrece tanto par a unas ruedas que parecen de bicicleta que hace que no agarren nada en asfalto. Siguiendo con los inconvenientes, tiene los pedales al revés, es decir, el acelerador está a la izquierda y el embrague a la derecha, y el freno en medio...aunque casi da igual porque no frena.

Brutus y Bentley
El motor es tan potente y artesanal que echa llamas por el

En cuanto al modelo inglés, pese a que se basa en un coche de los años '20, rápidamente nos da otro tipo de sensación. Lo que se ha hecho con el coche inglés es recuperar una vieja gloria del pasado, pero completamente. No sólo tiene un gran motor de avión, un 27 litros V12 que entrega 650 CV procedente del Speedfire, además equipa unos buenos frenos, un diseño espectacularmente bonito y no echa fuego, así que no nos da tanto miedo. 

El modelo ingles cuenta con una caja de cambios automática, aunque no muy eficiente. Pero pese a todas estas ventajas, es un modelo de tres toneladas, así que conducirlo es una utopía. Aunque en aseguran que es capaz de alcanzar los 260 km/h, aunque suponemos que necesitara una vuelta entera a la Tierra para conseguirlo.

Finalmente, y como les gusta hacer a los de TG, los ponen en la pista para averiguar finalmente que el Bentley es mucho más rápido que el Brutus. Y es que mientras éste último parece el típico bólido sin motor que puede construirnos nuestro padre en un fin de semana, el Bentley es una auténtica obra de arte, y tal y como dice J.C. respecto al pilotaje de ésta máquina: "Este coche se mide por los testículos del conductor". Pero no debemos menospreciar al Brutus, ya que mientras el británico fue construido a conciencia, el alemán lo hicieron unos pocos locos por diversión, aunque no está homologado para ir por carretera, mientras que el Bentley sí. Por último, comentar que si queréis el Bentley habréis de desembolsar unos 600.000 euros, pero no guardéis la cartera, porque además consume un litro cada 800 metros. Aún así, esta batalla también se la lleva Reino Unido.

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